Se registró una baja de un punto porcentual entre las gestantes de entre 15 y 19 años en relación a las últimas estadísticas de 2016. Adjudican esto a "una mejor aplicación de la planificación familiar".
Según el último informe elaborado por el Hospital Interzonal Especializado Materno Infantil (Hiemi), de los 4.628 partos asistidos en 2017, casi el 19% fueron de madres adolescentes.
Así lo confirmó a LA CAPITAL la directora asociada de la institución Carina Conde, quien detalló que el “grueso” se concentra en las mujeres de entre 15 y 19 años, con un 18.5% del total -unos 856 casos-, mientras que el porcentaje en la franja de los 10-14 años solo alcanza el 0.3% – lo que equivale a unos 14 partos-. Sobre esto último la directiva aclaró: “En general son adolescentes de 14 años, no es que tenemos embarazadas de 10 u 11 años, pero es el rango etario que se establece a nivel internacional”.
A su vez, Conde señaló que los datos muestran una baja en relación a la estadística de 2016, que era de un 19.5% para adolescentes entre los 15-19 años. La tasa de las menores de 15, en cambio, se mantuvo.
Disminución positiva
Esta disminución en los registros del sistema público fue calificada como “positiva” por Conde, quien se lo adjudicó a “una probable mejor aplicación de la planificación familiar, cambios en la estrategia para llevar anticonceptivos a adolescentes y la existencia de programas sobre el tema, sobre todo, en las unidades sanitarias”.
La tendencia a la baja se profundiza al abrir el análisis y observar lo que ocurría en años anteriores. Según figura en los registros oficiales, en el año 2000, los partos asistidos de mujeres entre los 15 y 19 años representaban el 20% del total, mientras que el pico se alcanzó en 2008, con un 23%. Asimismo, el promedio entre 2013-2016 fue del 22%.
Si bien aún no están procesados los datos sobre cuántos de los embarazos adolescentes de 2017 fueron deseados, los últimos datos a nivel local indican que, en promedio, un 65 y 75% no son planificados.
Respecto al otro 30%, para Conde resulta importante aclarar que “muchas son las mamás que deciden embarazarse, es una decisión y es un proyecto de vida para esa mamá. Después uno puede discutir si es el momento o no, pero ese es al menos el momento que eligió ella para llevar adelante su embarazo y como tal hay que respetarlo”, señaló. Y agregó: “Es importante que las pacientes que se embaracen, ya sea en la adolescencia o en la vida adulta, sea por deseo”.
Protocolo de atención
La directora del Hiemi destacó el protocolo de atención que desde la institución colocan en marcha a la hora de asistir un embarazo adolescente. Si bien no difiere del que recibe cualquier embarazada, sí es cierto que accede a un seguimiento “más interdisciplinario”.
“Interviene servicio social, como puede también hacerlo salud mental en caso de ser necesario. Definitivamente hay otro tipo de contención en relación al embarazo adolescente porque hay otra mirada, en la que también se piensa en el futuro del bebé y el hecho de que estamos ante una madre que por ahí tiene 16 años”, señaló.
De todas maneras, aseguró que, sin importar las circunstancias, si llega al hospital una menor de 13 años embarazada, el protocolo exige la denuncia policial. En el resto de los casos solo se realiza ante indicios sospechosos.
Contención en las unidades sanitarias
A menos que la embarazada tenga menos de 15 años o tenga alguna patología por la que precise asistencia propia del tercer nivel sanitario, la mujer ingresa al hospital a las 36 semanas de embarazo. Antes, las unidades sanitarias cumplen un rol central, según indicó la directiva.
“Ocurre muchas veces que ese es el espacio que asocian con la contención, la cercanía a su casa, la presencia de la asistencia social, y todo lo que eso implica. Incluso esto favorece a reducir la deserción en los controles”, señaló.
Además agregó: “En los casos puntuales o complejos, sea adolescente o no, hay una comunicación entre el nivel primario de atención y nosotros. Si alguna paciente tiene una alta complejidad social, por ejemplo, esa información se remite a servicio social del hospital. Hay una comunicación, no hay un quiebre al pasarse de lugar de atención”.
La educación sexual y el aborto
Para la doctora Carina Conde, directora asociada del Hiemi la aplicación de políticas públicas orientadas a la educación sexual son “fundamentales” para reducir los índices de embarazos no deseados, sobre todo lo que respecta a la adolescencia.
“Me parece que un refuerzo a nivel secundario no estaría nada de más. Combinar políticas de salud, tanto desde el nivel de salud, valga la redundancia, como desde la educación, es importante”, señaló, al tiempo que apuntó a “reforzarlo en la adolescencia, donde quizás es crítico e importante no sólo la prevención del embarazo no deseado, sino también enfermedades”.
A su vez, y en el marco del debate por el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo, Conde señaló que el Materno Infantil referencia al ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, por lo que, de aprobarse la medida, la aplicación en el establecimiento dependerá de la decisión de María Eugenia Vidal.
“Si en el Senado se aprueba la ley, la Provincia deberá adherir o no, quedando entonces al criterio de la gobernadora. Si lo hace, el ministerio hará lo mismo y en base a eso se bajarán protocolos y el modo de manejo para los más de 80 hospitales que hay en el territorio bonaerense”, aclaró.
Por la franja etaria que puede atenderse en el Materno (menores de 15 años) y por el tiempo de gestación con la que ingresan las mujeres al hospital (36 semanas), no se registran ingresos por complicaciones ocasionadas en interrupciones clandestinas. “Ante esto, se atenderían en el Hospital Interzonal”, manifestó la especialista.